domingo, 17 de mayo de 2015

El ébola sobrevive


Del ébola en realidad nunca se escapa. Ian Cozier, médico estadounidense que fue contagiado  mientras trabajaba en Sierra Leona, ingreso en el hospital meses mas tarde con una fuerte presión en el ojo y dolores en las articulaciones.
Con la posibilidad de estudiar a un gran número de supervivientes, se han ido determinando ciertos patrones de las secuelas que deja el ebola en quien consigue zafarse de ella. El dolor crónico, las cefaleas y los problemas oculares son los problemas físicos más habituales; alrededor del 40 % presenta dolor ocular, inflamación, visión borrosa y puntos ciegos en el campo visual. Además en casos concretos se ha llegado a la pérdida total de visión y audición.

El interior del ojo está protegido en su mayor parte del sistema inmunitario para evitar posibles inflamaciones que afecten a la visión. Sin embargo, esta protección, denominada privilegio inmunitario, puede en ocasiones convertir el interior del ojo en un santuario para los virus, ya que ahí pueden replicarse a sus anchas. Los testículos también gozan de ese privilegio inmunitario  razón por la que el virus del ébola puede sobrevivir en el semen durante meses. El ojo de Cozier, estaba lleno del virus. El estadounidense acabo con una perdida casi total de la vista y parcial de la capacidad auditiva.

He elegido esta noticia porque creía necesario recordar que aunque el ebola no haya afectado últimamente a los países desarrollados,  sigue presente en países africanos como Sierra Leona.  Que no ocurra delante de nosotros no quiere decir que haya desaparecido, todavía ni hay vacuna para evitar el contagio.  Me ha parecido una noticia muy importante y me ha conmovido saber que, después de haber sobrevivido a la mortal enfermedad , los afectados sufran secuelas que condicionaran el resto de sus vidas, tan terribles como la pérdida de visión y audición .

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