Una enfermedad misteriosa ha diezmado la población de demonios de Tasmania hasta tal punto que la especie podría extinguirse en cinco años.
Hoy, al amparo de los bosques salvajes que cubren la remota isla al
sureste de Australia, un puñado de científicos lucha contra el tiempo y
la genética para evitar la extinción de este marsupial.
En los últimos veinte años, la población de diablos en libertad se ha reducido en un 80%. Los científicos detectaron las primeras señales de la enfermedad en 1996, justo cuando la especie comenzaba a recuperarse tras décadas de caza y persecución. Desde entonces, los demonios de Tasmania desarrollan un tumor canceroso en la boca y la cara. El cáncer infeccioso les impide comer, y los animales acaban muriendo de hambre.
A las afueras de Hobart, la capital de Tasmania, la iniciativa Save the Tasmanian Devil trabaja para dar esquinazo a la enfermedad mortal y evitar la extinción de la especie. El recinto, cercado por una alambrada, alberga una quincena de ejemplares sanos. El plan es sencillo: criar en cautividad una población de garantía que permita reintroducir la especie si se extingue en la naturaleza. “Tenemos cinco años para reintroducirlos en su hábitat natural; si no lo conseguimos, se extinguirán y solo podrán existir en cautividad”, explica el director del proyecto, David Pemberton.
Los investigadores no encuentran cura para el cáncer que aqueja a la especie. Sin embargo, sospechan que su origen está en la falta de diversidad genética. “Tasmania es un territorio pequeño, y la caza y la actividad humana han diezmado la presencia del demonio en la isla”, dice Pemberton, y describe la situación como un “cuello de botella genético”.
La consanguinidad “ha debilitado la especie y la ha hecho más vulnerable a enfermedades”. Save the Tasmanian Devil y la Universidad de Tasmania analizan y archivan el ADN de los ejemplares con un doble objetivo: recuperar el material genético si el animal se extingue y catalogar cada ejemplar para evitar que miembros de la misma familia se apareen entre ellos.
En mi opinión, conseguir preservar especies al borde de la extincion como es el caso del demonio de Tasmania con la ayuda de la igeniería genética es un gran avance para la ciencia ya que podemos hacer que perduren lo maximo que podamos estas especies.
http://elpais.com/elpais/2015/01/30/ciencia/1422619502_258814.html
En los últimos veinte años, la población de diablos en libertad se ha reducido en un 80%. Los científicos detectaron las primeras señales de la enfermedad en 1996, justo cuando la especie comenzaba a recuperarse tras décadas de caza y persecución. Desde entonces, los demonios de Tasmania desarrollan un tumor canceroso en la boca y la cara. El cáncer infeccioso les impide comer, y los animales acaban muriendo de hambre.
A las afueras de Hobart, la capital de Tasmania, la iniciativa Save the Tasmanian Devil trabaja para dar esquinazo a la enfermedad mortal y evitar la extinción de la especie. El recinto, cercado por una alambrada, alberga una quincena de ejemplares sanos. El plan es sencillo: criar en cautividad una población de garantía que permita reintroducir la especie si se extingue en la naturaleza. “Tenemos cinco años para reintroducirlos en su hábitat natural; si no lo conseguimos, se extinguirán y solo podrán existir en cautividad”, explica el director del proyecto, David Pemberton.
Los investigadores no encuentran cura para el cáncer que aqueja a la especie. Sin embargo, sospechan que su origen está en la falta de diversidad genética. “Tasmania es un territorio pequeño, y la caza y la actividad humana han diezmado la presencia del demonio en la isla”, dice Pemberton, y describe la situación como un “cuello de botella genético”.
La consanguinidad “ha debilitado la especie y la ha hecho más vulnerable a enfermedades”. Save the Tasmanian Devil y la Universidad de Tasmania analizan y archivan el ADN de los ejemplares con un doble objetivo: recuperar el material genético si el animal se extingue y catalogar cada ejemplar para evitar que miembros de la misma familia se apareen entre ellos.
En mi opinión, conseguir preservar especies al borde de la extincion como es el caso del demonio de Tasmania con la ayuda de la igeniería genética es un gran avance para la ciencia ya que podemos hacer que perduren lo maximo que podamos estas especies.
http://elpais.com/elpais/2015/01/30/ciencia/1422619502_258814.html
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