El botulismo es una enfermedad en la que nuestro organismo se altera por una toxina producida por una bacteria llamada Clostridium botulinum,
un microorganismo que se encuentra en cualquier lugar del mundo, en
forma de espora en la tierra, el suelo, el agua no tratada, etcétera.
La principal vía de contagio del botulismo es a través
de la ingesta de esporas que contaminan alimentos en conserva que han
sido mal envasados, por eso muchas veces se trata a esta enfermedad como
si fuese una verdadera intoxicación alimentaria.
Cuando la espora encuentra las condiciones óptimas para reproducirse comienza a sintetizar la toxina botulínica, que podemos ingerir, y que pasa posteriormente a la sangre, por donde llega al sistema nervioso.
Cuando alcanza las neuronas las inutiliza, afectando especialmente a
las neuronas activadoras que se encargan de la contracción de los
músculos, y dando lugar a flacidez progresiva y debilidad. Sucede lo
mismo en el sistema nervioso vegetativo parasimpático, por lo que
aparecen náuseas, vómitos, sequedad de boca, y otros síntomas que ayudan
al diagnóstico precoz del botulismo.
Se tiene conocimiento del botulismo desde la antigüedad, pero no fue hasta 1820 cuando se describió como una enfermedad concreta,
gracias a Justinus Kerner. Más tarde se relacionó con un germen y se
identificó la toxina. Durante el siglo XX se identificaron hasta una
decena de subtipos de toxina y se desarrollaron antídotos eficaces.
Puede contraerse en cualquier lugar del mundo; sin embargo, su frecuencia varía mucho según el nivel de higiene de cada región.Una persona que contraiga el botulismo está en peligro de muerte, aunque
esta enfermedad tiene una mortalidad muy baja en los países con un buen
sistema sanitario,
en los que solo mueren los pacientes en los que se retrasa el
diagnóstico. En los países en vías de desarrollo, se alcanza cifras muy
altas de mortalidad, y casi la mitad de los afectados acaban
falleciendo. La enfermedad es todavía más grave cuando se infectan los
recién nacidos; en este caso la mortalidad es del 5% en los países
desarrolladas, mientras que en los países más pobres puede suponer una
muerte segura.
http://www.webconsultas.com/salud-al-dia/botulismo/botulismo-12509
Si a mí me hubiesen hecho relfexionar sobre los alimentos en conserva, nunca se me habría ocurrido pensar que se puede contraer una enfermedad tan molesta debido a que la empresa envasa mal el alimento. Ahora se ve con claridad en este ejemplo que estamos en manos de las empresas si consumimos estos alimentos. Yo recomiendo siempre mirar bien si este tipo de envasados están en buen estado antes de abrirlos. En conclusión, me parece algo interesante que todos deben saber.
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