En el área de pacientes
confirmados de Ébola del centro de Médicos Sin Fronteras, dos de cada tres
pacientes no sobreviven al virus. La gente está débil y yace en sus camas,
mientras tratan de luchar contra el invasor mortal .Excepto Mamadee, un niño de once años que baila mientras la multitud lo observa. Mamadee salta, se agacha, da un paso al costado,
primero a la izquierda, luego a la derecha, luego a la izquierda, luego a la
derecha, salta de nuevo, da una vuelta, balancea sus caderas y sacude sus brazos. Y no se detiene, no se cansa. Es difícil de creer,
pero Mamadee es un paciente confirmado de Ébola.
Algunos pacientes le envidian, mientras que las
enfermeras y el resto del personal médico se han enamorado de él. Cuando
Mamadee llegó al centro por primera vez, los análisis dieron negativo por Ébola
y fue dado de alta. Tras pasar la noche, desarrolló algunos síntomas y fue
readmitido al día siguiente. El segundo resultado de la prueba del Ébola
resultó positivo. El niño también había dado positivo por malaria. Lo único que
no encajaba era que, mientras tanto, Mamadee
ya se sentía bien y andaba corriendo por ahí. "No podíamos creerlo",
dice la Dra. Petrucci. "Pensamos que debía haber sido un error."
Cuando el personal médico realizó otro análisis de sangre pocos días después.
Mamadee todavía daba positivo por el virus así que, a pesar de que parecía
no tener síntomas, podía infectar a otros y tuvieron que internarlo en el
centro para pacientes donde era la distracción del lugar.
Pasaba sus días durmiendo,
comiendo, bailando y charlando con los otros pacientes. Pero un centro para
pacientes de Ébola no es el lugar en el que un niño quiere estar, y el
aburrimiento llega fácilmente. "Quiero irme", decía Mamadee.
"Dos semanas han sido suficientes. Echo de menos mi hogar, mis amigos,
incluso extraño ir a la escuela". Mamadee nunca se quejó de la enfermedad
ni preguntó por sus resultados de laboratorio como suelen hacer otros
pacientes. "La gente con los impermeables amarillos han cuidado muy bien
de mí y me han ayudado un montón, tanto a mí como al resto de pacientes."
Desgraciadamente su tercera prueba seguía resultando positiva. Una semana
después, la hermana de Mamadee, Maya fue admitida en el centro. La niña, de 14
años, falleció al cabo de unos días, a tan solo una tienda de campaña de
su hermano. El 4 de septiembre, la cuarta prueba del Mamadee era negativa.
Mamadee salió corriendo del centro. "Estoy muy feliz hoy", señala el
joven.
En mi opinión el caso de Mamadee es muy importante porque muestra un poco de esperanza entre todas las malas noticias que nos deja el Ébola a diario. Además si Mamadee ha sido capaz de pasar la enfermedad sin sufrir síntomas, esto significa que otra gente podría hacerlo también por lo que yo creo que se abre un nuevo camino de investigación para acabar con el Ébola o para al menos, hacer que sus efectos sean mas débiles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario